Instalados
en un lujoso piso de París, los Kampf poseen todo lo que el dinero puede
comprar, excepto lo más difícil: el reconocimiento de la alta sociedad
francesa. Así pues, con el propósito de obtener el codiciado premio, preparan
un gran baile para doscientos invitados, un magno acontecimiento social que
para el señor y la señora Kampf supondrá respectivamente, una excelente
inversión y la soñada apoteosis mundana.
Como telón de fondo, Irène Némirovsky nos describe a la perfección todo
un mundo basado en las apariencias, en el querer ser y no poder
y en el sufrimiento que eso produce en mucha gente, un "problema" que
perdura a lo largo de los siglos con diferentes matices.
Se lee rápidamente ya que es una novela corta que me ha parecido preciosa.
Se lee rápidamente ya que es una novela corta que me ha parecido preciosa.
Un inglés llamado
Anthony Whitelands llega a bordo de un tren al Madrid convulso de la primavera
de 1936. La Guerra Civil
Española está a un tiro de piedra y se huele en el ambiente. Whitelands llega a
Madrid para autentificar un cuadro de autor desconocido, cuyo valor económico
puede resultar determinante. El inglés tendrá la ocasión de meterse de lleno en
esos días previos a la guerra civil, llegando a conocer incluso a José Antonio
Primo de Rivera. Turbulentos amoríos con mujeres de distinta clase social
distraen al crítico de arte, sin darle tiempo a calibrar en la cantidad de líos
en los que se está metiendo. Le persiguen policías, diplomáticos políticos y
espías, en una atmósfera enrarecida, de conspiración y algarabía.
Si habéis leído a Eduardo Mendoza, ya conoceréis su sentido del humor, así que resulta una lectura muy apasionante y entretenida.